YO TAPEO, TU TAPEAS, ÉL TAPEA...

jueves, 26 de junio de 2014

TAPEO II

El Born
Carrer de Montcada, 29
933 10 16 07
http://www.tapeoborn.cat/

Horario: De martes a domingo de 12.00 a 16.00h y de 19.00 a 00.00h
Aceptan reservas

Precio medio por persona: 20-30€
Familias con niños: Bien (Reservar mesa en el salón del fondo)

Fecha de la visita: 3 de mayo de 2014
Comensales: Los 3 de siempre




Volvemos a los inicios del blog, a nuestro primer local visitado: TAPEO. Hacía meses que no veníamos y ya tocaba hacerle una segunda visita. TAPEO es como una ciudad interesante, que merece ser visitada de vez en cuando, que no cansa y en la que siempre hay algo nuevo por descubrir.
En nuestra primera visita, salíamos por la puerta y ya teníamos ganas de volver a probar cosas nuevas. Tanto la carta, que es bastante extensa, como las sugerencias, resultan de lo más apetecibles. Para nosotros, ir a TAPEO es como para un niño ir a la feria, que está nervioso antes de ir, porque sabe que allí le esperan un montón de emociones y mucha diversión. Cosas buenas.
Esta segunda visita ha servido para reafirmar lo que percibimos la primera vez, TAPEO es uno de los grandes, no hay duda.
Aquí se trabaja a conciencia y no se escatima en producto, técnica o tiempo, para ofrecer al comensal platillos perfectos, tal y como a ellos les gustaría comerlos. Tal nivel de excelencia se puede conseguir si se lleva a cabo una buena gestión y si se tiene un amplio conocimiento del negocio…pero además de todo esto, es necesario tener una sensibilidad especial por la cocina y buen gusto. Eso, o se tiene, o no se tiene, y Dani lo tiene.
Aquí no solo se cuida el sabor y la presentación de los platos, para mí lo más sorprendente es el protagonismo que le dan a las texturas. Dani y su equipo, con mucho trabajo y gran maestría, aplican tratamientos y cocciones precisas a sus productos para obtener en la mayoría de los casos un resultado perfecto, o casi. Dani es un perfeccionista y además es bueno. Como dirían los flamencos, tiene duende.
En esta ocasión tuve la oportunidad de charlar un rato con él y, de lo poco que pudimos intercambiar, hubo algo que me quedó muy claro: este tío ama la cocina. No se conforma con poner en un plato algo que esté bien. Si puede estar mejor, trabaja hasta conseguirlo. Eso es algo en lo que coincido con él, aunque yo lo hago en mi casa, para mi familia. Él, en cambio, lo hace al frente de su negocio, para brindárselo a su clientela y eso tiene doble mérito, ya que en muchas ocasiones, esos niveles de perfección están reñidos con la rentabilidad.
Lamentablemente esta actitud no abunda y habitualmente encontramos por ahí una realidad bien distinta. A menudo, los empresarios de la hostelería apuestan por la rentabilidad directa, en lugar de invertir en excelencia. Eso es, “Pan para hoy y hambre para mañana…”
Con la excelencia fidelizas y consolidas clientela, a la vez que forjas fama y prestigio.

Etiquetas para TAPEO: talento, producto, buen gusto, sensibilidad, trabajo…excelencia.

 
En esta segunda visita, no repetimos ningún plato y todavía nos quedan muchos por probar. El primero fue la berenjena rebozada con miel y lima. Bien frita. De todos es sabido lo bien que le queda la miel a la berenjena frita. El toque de la lima marca la diferencia. Buen plato.

  
Probamos también La ensaladilla rusa con ventresca de bonito. De las mejores ensaladillas que hemos comido. Coronada con un variado de encurtidos: alcaparras, alcaparrones, pepinillos... que aportan el toque agrio que marca la diferencia…buenísima!!

  
Las costillas de cerdo ibérico con miel y mostaza…brutales!! Tiernas, jugosas, muy bien tratadas, como casi todo. La carne se despegaba del hueso sin ningún esfuerzo. Mirar las fotos de los huesos.
Es un plato imprescindible.


El rabo de toro con judías de Santa Pau, no lo entendimos. Se presenta deshuesado, en forma de “timbalito”, formado con la carne del rabo deshuesada mezclada con su salsa y con las judías de Santa Pau camufladas en la propia mezcla. No está mal, pero en cuanto a su relación calidad/precio, a nuestro juicio, este es el platillo más flojo de todos los probados en TAPEO. Porción pequeña y precio elevado.


El siguiente plato fue el pulpo con puré de garbanzos. Este plato, fuera de carta, sí que nos tocó la fibra. Magnifico el pulpo, jugoso y tierno, marcadito en la plancha…buenísimo!! El puré de garbanzos, fino y untuoso, marida a la perfección con los trocitos de cefalópodo. Un toque de pimentón, cebollino y aceite de oliva: el remate perfecto. Este plato es otro imprescindible… A LA CARTA YA!!!

  
Acabamos el festival salado con unos huevos estrellados con butifarra negra, perfectos. Los huevos en su punto, las patatas bien fritas y la butifarra, desmenuzada, muy rica. Ojo, la ración es generosa y a estas alturas del festín nos vinieron largos…

De postre probamos un clásico de la casa: La espuma de crema catalana. Ligera, untuosa, agradable, está muy buena. Un postre sencillo de ejecutar, teniendo a mano un sifón y un soplete… Si no los tenéis, acercaros a Tapeo y probarla

  


Una vez más, salimos de Tapeo haciendo palmas con las orejas. Con muy buen sabor de boca y ganas de volver.
TAPEO se está consolidando como uno de los templo del Tapeo Barcelonés.A día de hoy es uno de nuestros locales favoritos.
Es un escándalo!!
 

sábado, 3 de mayo de 2014

BAR ÀNGEL (Porc i coses bones)

Entre El Born y La Barceloneta
Carrer de Ocata, 2 bis
932690493
http://www.barangelbarcelona.com/

Horario: Lunes de 20:00 a 24:00,- De Martes a Sábado de 13:30 a 16:00. Domigo cerrado
Aceptan reservas: SI


Precio medio por persona: 15-25€
Familias con niños: Bien

Fecha de la visita: 26 de abril de 2014
Comensales: El equipo de Barcelona de tapas al completo (2 y 1/2) 







A la sombra de la Estación de Francia (a su izquierda, tal y como sales de ella), escondido en la pequeña calle Ocata encontramos este interesante bar. Solo lo encontrarás si vas expresamente a buscarlo, de otra forma se me antoja especialmente complicado descubrirlo. No es el Callejón Diagon de Harry Potter, pero casi.
Su aspecto exterior no desvela nada de lo que esconde dentro. Desde fuera, un cartel sencillo de bar y el compresor del aire acondicionado encima de la puerta te invitan a NO entrar, a no ser que vayas a echarte un “quinto” rápido o a jugar una partida de dominó. A pesar de todo, vamos y entramos ¿por qué? Muy fácil! Los más relevantes críticos y bloggers gastronómicos de la “city” lo tienen en buena consideración. Eso justifica una visita, que en nuestro caso no decepciona. Más bien todo lo contrario. 


Situado en tierra de nadie, ni está en El Born, ni en La Barceloneta, juega en su propia liga, ajeno a tendencias y modas. No tiene ni el rollito trendy-hippster-on fire de El Born, ni el estilo marinero/bodeguero de La Barceloneta. No entra al trapo, va por libre. Es el raro de la clase, el incomprendido. Ese que no se integra y que a menudo es el más interesante de todos. Es un local auténtico, sin botas de vino colgadas en la puerta, ni artificios de cartón piedra. Aquí, el polvo que adorna los elementos decorativos no es enlatado, es auténtico.  
Cuadros en “3D” elaborados con porrones o sifones decoran las paredes y desvelan el talante de Santi, el dueño de la paradeta. Un tipo extrovertido, peculiar, amable…un buen anfitrión, que no escatima en relaciones personales y que interactúa sin reparos con grandes y pequeños. No está ensayado, a Santi le nace, no es un pelota, es un buen anfitrión.


Por dentro, el mobiliario es sencillo, de bar. A la entrada encontramos una larga barra, el espacio justo para sentarse y poco más. Detrás de la barra un panel de pizarra con ilustraciones divertidas. La pared del fondo está invadida por una piara de cerditos de barro, que en el pasado fueron huchas. 




Llegamos a las 13:45 y los pillamos en bragas, estaban preparándose. El proveedor de verdura trae mercancía, cajas de bebida encima de la barra… Nos piden amablemente que esperemos  un poquito en la barra mientras se organizan. Aprovechamos para tomamos un vermutillo casero y unas estupendas piparras dulces (cortesía de la casa) El vermut es excepcional. Servido a pelo, sin hielo y en vaso de vermut, pequeño, fino y alargado. Primero echan en el vaso unas gotas de algo oscuro (la camarera dijo que es naranja) y luego añaden el vermut. Llena el vaso solo hasta el 60% de su capacidad y te acerca el sifón. Nosotros no añadimos sifón al vermut, pero le doy un tiento al vasito y enseguida lo entiendo. Se trata de un vermut de verdad, de los de antes…al que hay que añadirle sifón. Con sifón, está buenísimo.


Abajo no hay mesas, solo barra, pero tienen un pequeño altillo con mesas para 10-12 personas.
El ambiente es muy relajado, familiar. De fondo suena música y si una canción le gusta a la camarera, le sube la voz al aparato y se arranca dándolo todo, en plan “sing star” En un restaurante formal estaría fuera de lugar, pero aquí, esta espontaneidad conjuga con el estilo del local: natural, distendido, simpático, divertido.
Nos acomodan en la mesa, echamos un vistazo a la carta, pedimos y ¡A COMER!
Primero llegan los mejillones. Pequeñitos, de roca, con mucho sabor. Fresquísimos y muy limpios. Dicen que están hechos a la plancha y con un poco de pimienta. Buenísimos


Seguimos con los garbanzos con patatera. Pues eso, garbanzos salteados con esta particular morcilla extremeña, que por cierto, está de vicio. Los garbanzos tiernos y sabrosos. Buen matrimonio.


A continuación la rosca con patatera, huevo y papada Maldonado, la realeza de los cerdos ibéricos de bellota. Un plato sencillo pero potente, suculento y sabroso. Exquisito. No apto para los sensibilizados con la operación bikini.


Llega la galta (carrillera) de atún a la plancha. Madre mía, que bocado…EXCELENTE!! Un par de trozos de la mejilla del atún, poco hechos, jugosos y de sabor intenso, excelente. Disfruté como un enano con este bocado. Acompañaba el plato un poco de lechuga, que sorprendentemente sabía a lechuga. Habitualmente ignoro este tipo de acompañamientos verdes, pero en este caso me dio por probarla y menos mal. Además de lo buena que estaba, acompañaba de maravilla al atún. Normalmente ofrecen también la glata de atún en escabeche, pero no les quedaba.


Terminamos con una hamburguesa de ibérico Maldonado (off course), con un pegote de puré de patatas “taleguero” La hamburguesa bien hecha, en su punto. Excelente sabor a cerdito ibérico. Riquísima.


Para acompañar, un pan con tomate, de la panadería Vilamala de El Born. Excelente. Buen pan, buen tomate y buen aceite. Otros panes con tomate solo pueden estar igual que este, ¿mejor? Imposible.


Tiempos de espera mínimos y buen servicio, relajado e informal (es un bar!!), pero correcto. La chica que nos atendió fue muy amable en todo momento. Nos sentimos a gusto.  
Como podéis ver en las fotos, aquí no se pierde el tiempo con adornos efímeros, ni de ningún otro tipo. Si no hubiese estado todo perfecto, le pondríamos pegas a esta austeridad de detalles, pero dada la excelencia de todo lo comido, no podemos más que alabar la labor de la cocina y la calidad de la materia prima. Preparaciones sencillas, pero de excelente calidad. Producto, producto y producto.
Como diría el bueno de David de Jorge: Cocina sin bobadas
Buen ambiente, buena comida, buen vermut y un precio interesante, un 20% y un 30% menos de lo que costaría una comida similar en El Born.
¿Qué más se puede pedir?

El lema del local es “Porc i coses bones” (cerdo y cosas buenas) cuatro palabras que sintetizan a la perfección la oferta del local. A mí me suena a poesía pura.
 

viernes, 11 de abril de 2014

Ruta tapera por...LA BARCELONETA


Hace tiempo que nos debíamos una ruta tapera por La Barceloneta. Se trata de un barrio peculiar, diferente (de los más auténticos de Barcelona) y hasta ahora, prácticamente inédito para nosotros. A pesar de que cada día es más turístico y de que no tiene nada que ver con la Barceloneta de hace 20 o 30 años, todavía mantiene ese aire marinero. El mar está muy presente. Pasear por sus calles y plazas en una mañana soleada es un placer indescriptible. 

La Barceloneta, históricamente ha sido una zona de tapeo. A día de hoy lo sigue siendo. Sus calles atesoran un buen puñado de locales de tapas interesantes. La oferta es amplia y variada, si bien, abundan los locales de tapeo sencillo y tradicional, de “vermutillo” Bodegas con solera, bares de siempre, esos de los que todos hemos oído  hablar a nuestros padres. Cada uno tiene alguna tapa estrella, la que le ha dado fama. La cova fumada y La bombeta, son conocidos por sus bombas El vaso de oro por su cerveza, Maians por el cazón en adobo, Cal papi por sus buñuelos de bacalao…Algunos de estos locales tiene más de 50 años de antigüedad y a día de hoy todavía se mantienen en buena forma.

En esta ocasión hemos tapeado en ruta, haciendo parada en 3 locales:

La Cova fumada, Cal Papi y Bodega La peninsular



LA COVA FUMADA

Carrer del Baluart, 56
932 214 061

Horario: Mañanas de lunes a viernes desde las 9h a las 15h20
Sabados de 9h a 13h20
Abierto por las tardes solo jueves y viernes de 18h a 20h20
 
Domingos y festivos cerrado
  

Aceptan reservas: NO
Familias con niños: No adecuado

Fecha de la visita: 28 de abril de 2014
Comensales: Los 3 de siempre




Se trata de una bodega antigua, de las de antes. Singular a más no poder. No tiene cartel y el horario es de risa. Si previamente no has visto alguna foto de la puerta, es probable que no lo encuentres. De hecho, conozco a alguien que la ha buscado varias veces y, como estaba cerrada, no lo ha encontrado (¿A que si, Jairo?) 
Dentro, tiene una barra a la entrada y un puñado de mesas distribuidas en forma de tetris para optimizar el espacio. Encima de la barra hay bandejas y fuentes con algunas de las tapas que ofrecen, incluidas las famosas bombas.

El local es pequeño, incomodo y ruidoso. Sin decoración, más allá de algunas fotos antiguas. Es viejo, rancio y cutre a más no poder. Pero es así, porque así quieren que sea. Su éxito demuestra que hacen lo correcto manteniendo esa atmósfera. Es un hervidero de gente, siempre está lleno. Desde la segunda o tercera fila, los parroquianos aspiran a conseguir un huequito en la barra y para ello esperan pacientemente su turno. Para ir a la cocina a por los platos, los camarero tienen que cruzar entre la multitud apretujada, a la voz de ”cuidado que mancho!!” Todo forma parte de la historieta, ese descontrol intencionado, ese desorden, esa solera caótica que tanto gusta a propios y extraños.
 





 














Venga esas bombas!!

Dice la historia que las inventaron aquí. Parece ser que, originalmente se trataba de unas croquetas de patata con algo de carne dentro, a la que se le añadió un poco de salsa encima. Las hacía la abuela del actual dueño, que por cierto, ya debe ser abuelo también. Al principio no tenían nombre, el bautizo fue posterior y todo vino por que un cliente las llamó así y con ese nombre se quedaron. Desde luego, estamos ante una tapa de autor, que marcó una época. Cocina creativa de hace 60 años!!

Pedimos unas bombas y…bien…pero no nos parecieron nada especial. La carne que se supone deben llevar en el interior, brillaba por su ausencia. Por lo demás, la patata normal, el rebozado también. El alioli muy bueno y la salsa, a base de pimentón, bien, sin más…



Sin quitarle mérito al invento, el bocado en sí, nos dejó un tanto indiferentes. Tanto y tan bien nos habían hablado de estas bombas, que esperábamos algo más especial.

El Vermut estaba bien, pero lo ponen a pelo, sin más adornos, ni condimentos que los propios rallajos del guerrillero vaso de Duralex. Ni hielo, ni aceituna, ni naranja, ni limón,…nada. Esa austeridad desmerece al mejor de los "vermutillos"



La Cova fumada inventó las bombas y tanto fue el éxito que tuvieron, que no tardaron en copiarla los locales vecinos. De ese modo se convirtió en la que, a día de hoy, sigue siendo la tapa por antonomasia de La Barceloneta. Solo por eso merece una visita y nuestro reconocimiento. A pesar de nuestro escepticismo, fue inevitable impregnarse del aura del local. 10 Minutos en la barra, 3 Bombas y 2 vermuts: 9€




CAL PAPI

Carrer Atlàntida, 65
932 218 564
Horario: De 11:00h. a 15:30h. y de 20:00h. a 22:30h.    
Domingo tarde y lunes cerrado

Aceptan reservas: SI
Familias con niños: Adecuado (Si reservas mesa)
Fecha de la visita: 28 de abril de 2014
Comensales: Los 3 de siempre




Es un local con decoración marinera, los típicos portones de madera y esa solera característica de la zona. El local no es muy grande, si bien, tiene una barra interesante, plagada de platos tremendos de bravas, bombas, pieles de bacalao fritas… (Todavía me pregunto porque no probamos estas últimas) También hay algunos barriles dispuestos frente a la barra, a modo de mesa alta o prolongación de la misma. 





Vimos un barril libre y nos apalancamos en él de inmediato. Empieza la fiesta!!

Vinimos a Cal Papi en busca de los mejores buñuelos de bacalao y tengo que decir que encontramos otra cosa. Lo que vende Cal Papi no son buñuelos, es bacalao rebozado o “a la romana” Son trozos hermosos de bacalao rebozado y fritos, sin más. Están buenísimos. A la subdirectora de contenidos del blog, fanática “bacalaera” le entusiasmaron y a la pequeña becaria también. Pedimos también dos anchoas, que fueron anchoas completas (4 filetes) De un calibre inusual por aquí, son muy grandes, más propias del cantábrico. EXCELENTES, de las mejores que hemos comido nunca. 





Nos llevamos muy buena impresión de Cal Papi. Las dos cosas que probamos nos encantaron y en general nos sentimos muy a gusto. El trato nos pareció excelente, todas las chicas son muy majas y te tratan de maravilla. Una generosa ración de buñuelos de bacalao, las dos anchoas y dos estupendos vermuts caseros: 21€




BODEGA LA PENINSULAR


Carrer del Mar, 29
932 214 089
 
Horario: De martes a domingo de 11:30 a 00:00  

Aceptan reservas: SI
Familias con niños: Adecuado (Si reservas)
Fecha de la visita: 28 de abril de 2014
Comensales: Los 3 de siempre



Este es otro local con portones de madera, pero ahí acaban todas las similitudes con los dos anteriores. La peninsular es una “Neo Bodega” de aspecto tradicional y ambiente desenfadado. 






Se trata de un local chulo, muy luminoso y agradable. La decoración está cuidada hasta el último detalle. Tiene un rollo “rancio a propósito” muy divertido. En las paredes, barriles y fotos antiguas. Aparte de la barra, hay pequeños trozos de barra en otras paredes de la sala, donde poder disfrutar de tu caña y tu tapa de pie.  Los taburetes de distintas formas y colores le dan un aire informal y desenfadado al ambiente. En el centro de la sala hay mesitas bajas y barrilitos con taburetes. En un lateral, se haya imponente una Sinfonola, una máquina de música de los ochenta que funciona con monedas de “5 duros”!!!! Lo mejor de todo es que funciona. La camarera nos dejó una monedita y pedimos 3 canciones. Buenísimo. Aparte de las canciones que pinché yo, de ambiente suena “musiqueta” de los ochenta, que encaja perfectamente con el estilo del local.  



Me ensañaron la bodega, un interesante espacio privado, ubicado en el sótano del local y que se utiliza como espacio de reunión, catas de vinos y Gin Tonics, y gracias a una gran pantalla, incluso se puede disfrutar hasta del fútbol. Se puede reservar este espacio para grupos y eventos varios.



Pedimos unos vermuts y nos pusieron unos “chochos” como entretenimiento. Tienen una buena carta de vermuts, varios de ellos caseros y muy interesantes… EL PARAISO DE LOS VERMUTEROS!! Este es sin duda, uno de los puntos fuertes del local. Nos gustó el vermút casero, de tirador, pero nos entusiasmó el “Casa Gil”, un vermút casero, con algo de barrica y unos toques afrutados, donde destaca poderosamente el melocotón. Excepcional.

La carta presenta un surtido de tapas clásicas y algunos bocadillos, todo a un precio bastante razonable.
Para empezar, llega a la mesa una buena ración de bravas. Cortadas en cascos tradicionales y bien fritas. Las salsas, son correctas: Una mayonesa (o alioli muy suave) y una salsa de tomate casera, dulce y agradable, pero traicionera, porque parece que no, pero pica. Interesante. El conjunto es correcto.



El morro es de los mejores que hemos comido en un bar. Sirven también una buena ración. Muy bueno. 



Las navajas estaban buenísimas. Pequeñitas, pero muy frescas y sin tierra alguna (cero) Imprescindibles!!



Las croquetas no nos entusiasmaron. Demasiada bechamel y poco jamón. A nuestro juicio no estuvieron a la altura del resto de platos. 



Después de nuestra visita le mandé un mail a Sergio, el dueño del local, con el que tuve la ocasión de charlar 5 minutos. Es un antropólogo gastronómico, un tío que vive su negocio con pasión y que transmite energía a raudales. El motivo de mi mail era el de transmitirle mi impresión sobre las croquetas. Me contestó dándome la razón y agradeciéndome el detalle. Me aseguró que han estado trabajando en ello y que el tema de las croquetas está solventado. Al parecer, en el Colibrí (otro local del grupo) hacen unas croquetas que funcionan y van a trabajarlas de la misma forma.

Este es un magnifico detalle, que dice mucho de la calidad humana y de la profesionalidad del equipo de La Peninsular. Un hostelero que escucha las opiniones de sus clientes y actúa  en consecuencia…eso es algo muy difícil de encontrar, un mirlo blanco. Gente abierta que quiere hacer las cosas bien y que intenta mejorar constantemente: “Chapeau” Sergio!

Además de La Peninsular y el Colibrí (en el Raval) tienen otro local, La Llibertaria, también en el Raval. Ambos están en nuestra lista de locales pendientes de visitar. Y volveremos a La Peninsular a probar las nuevas croquetas.

Bravas, morro, navajas y 3 croquetas. Un agua pequeña y 3 vermúts: 28€

Interesante y divertido local, con una magnífica relación calidad/precio.



FIN DE LA RUTA!