Carrer Diputació, 79
934880977
http://www.carlesabellan.es/restaurantes-tapas-24/
Horario: De lunes a sábado de 9h a 24h
Aceptan reservas: NO
Precio medio por persona: 25-30€
Familias con niños: No muy adecuado
Fecha de la visita: 22 de marzo de 2014
Comensales: Los 3 de siempre
Hace unos años fui a comer a Thai Gardens que, según Google maps, está a 9 metros del
TAPAS 24. Pasé por la puerta y me fijé en él, pero no le hice demasiado caso. Me
pareció un local sin interés. Entonces desconocía que su dueño era Carles
Abellán, un Chef con pedigrí, “ex” de El Bulli, que actualmente regenta, entre
otros, el restaurante Comerç 24,
valedor de una estrella Michelín.
Desde fuera parece otro local
enfocado al turismo, de esos que tanto abundan por la zona y que utilizan de
forma indigna la tapa, como reclamo para atraer a la clientela foránea. Está en
pleno corazón de “Guirilandia” y como tantos otros locales de la zona vive en
gran medida del turismo, si bien, después de nuestra visita, puedo afirmar que
el TAPAS 24 es algo más.
Desde la otra cera del Paseo de
Gracia, ya se ve el toldo amarillo de la terraza. Terraza que está provista de
calefactores y por lo tanto funciona todo el año.
El local es un medio sótano al que se accede a través de unas escaleras decoradas con un mural de estilo Vintage que emula aquellos cristales pintados, de los bares de antaño, en los que aparecían caricaturas de pulpos, paellas, gambas y demás delicatesen.
Por dentro, tiene aspecto de
tapería “moderneta” con mucha barra y algunas mesas altas con taburetes. Mesas
para 2, otras para 4 y algunas mesas
grandes, que si no las llenas, debes compartirlas. En las paredes, pizarritas
con sugerencias y más cartelitos vintage.
En las estanterías sifones y collares de tomates colgados. Toda la decoración
está enfocada a darle ese toque folclórico que tanto le gusta a los de fuera.
Cuando llegamos, sobre las 13:00,
solo quedan dos mesas libres y la barra ya estaba al 50%. En 20 minutos ya
había gente esperando. No aceptan reservas, así que, o vas prontito o te toca esperar.
En todo caso, la rotación de las mesas es constante y el tiempo de espera no
será demasiado.
El personal es muy profesional. Desde
que nos recibieron, el trato fue muy amable. Las dos chicas que nos atendieron,
fueron especialmente simpáticas con nosotros. Esto es algo que no esperábamos y
que nos sorprendió gratamente. Dadas las características del local, esperábamos
un trato más frio y distante, de batalla. Nada más lejos de la realidad. Bromas
y complicidad con nuestra peque, eso siempre toca la fibra. En ese
aspecto, un 10.
Las cartas son bolsas de papel
que contienen los cubiertos y la servilleta. La carta no es muy extensa. Ofrece
algunas típicas referencias de aperitivo como encurtidos, salazones y conservas.
Alrededor de 20 tapas y platillos, a los que habría que sumarles las
sugerencias que anuncian en las pizarras. Dichas sugerencias, son un puñado de platillos de lo más sugerentes, sin embargo ese día nos decantamos por una opción de tapeo más clásico.
Nos toman la comanda y empieza la fiesta. La cocina trabaja como una máquina bien engrasada. El
pase de platos es frenético.
El vermut negro, de CAL PERE
TARRIDA, la mítica bodega de El Prat. Magnífico, dulce pero con cuerpo,
potente, buenísimo. De los mejores que hemos probado.
Dicho esto, llegan las bravas.
Bueno, bueno…Nos parecen estupendas!! Corte tipo french fries, tamaño mini, muy bien fritas. Un buen alioli, con
sabor a ajo, pero de picor moderado. No repite. La salsa brava es de las más
auténticas que hemos probado, sin tomate, a base de pimentón de la Vera, como
mandan los cánones. El conjunto es muy bueno!! A nuestro juicio, son unas
bravas a tener muy en cuenta…
El pan con tomate, en su punto, muy bueno.
El Bikini Comerç 24, bien, pero…
Bien porque está muy bueno, con jamón serrano y un toque de trufa nega, ¡como
para no estarlo! Los peros son el precio y la falta de sensibilidad a la hora
de presentarlo. Partido en cuatro triangulitos, puestos de pie, en un plato
inmenso, el bikini ahí solito, desangelado…mucho plato vacío, parecía más pequeño de lo que era. Cuesta 8.9€ Es un
buen bocado, pero el precio nos parece un pelín elevado.
Las croquetas, de jamón ibérico y
de pollo rustido, totalmente distintas entre sí (en la imagen se puede ver la
diferencia de los rellenos) Las primeras, para amantes del club de la bechamel, con sabor a jamón, pero jamón, lo que se dice
jamón, más bien poquito. Las segundas son de pollo rustido de verdad. La masa
está compuesta del pollo y de su rustido y el resultado es más que correcto.
Muy suculentas, las fibras del pollo dominan la masa.
Con la Mc Foie Burger tuvimos la
misma sensación que con el Bikini. Una hamburguesa pequeña de buena carne, con
el pan planchadito, crujiente. El trocito de foie es eso, un trocito. La salsa
que la acompaña es muy buena. El conjunto es muy bueno, es otro buen
bocado…pero 9.5€, nos parece un precio desproporcionado.
La bomba de la Barceloneta,
impecable. Lleva la misma salsa que las bravas. Buenísima
La Rusa (ensaladilla) es de
factura casera, solo lleva mayonesa, patata, zanahoria, aceitunas y bonito.
Como muestra la imagen, encontramos tacos de bonito de dimensiones importantes. Correcta.
Acabamos con media ración de
huevos estrellados con butifarra del perol. Buenas patatas, las mismas que las
bravas y una buena butifarra. El huevo estaba demasiado hecho, con la yema
demasiado cuajada, apenas tenía jugosidad para bañar alguna patata ¡Ese pobre
huevo no merecía ese maltrato! Un buen plato que quedó deslucido por una mala
praxis.
Aunque hicimos un tapeo sencillo,
disfrutamos de algunos bocados interesantes y en líneas generales, la comida estuvo
bien. Sin embargo, pensamos que la relación calidad/precio es mejorable. Al
margen de esa pega, que tampoco es algo desorbitado, si estás por la
zona y no sabes dónde comer, en TAPAS 24, comerás y te tratarán bien.
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