YO TAPEO, TU TAPEAS, ÉL TAPEA...

martes, 4 de marzo de 2014

EL BAR

Eixample esquerra
Carrer de Calábria, 118
934260382
http://www.elbarbarcelona.com/

Horario: De martes a sábado de 10:00 a 00:30 y domingos de 12:00 a 17:00
Aceptan reservas


Fecha de la visita: 2 de marzo de 2014
Comensales: Los 3 de siempre


Desde fuera, “El bar” tiene aspecto de bar. Por dentro, también parece un bar. Tiene un ligero toque rústico, pero sobrio y elegante.  Aparte del aspecto y del nombre, poco más de lo que hemos encontrado allí, nos ha recordado a un bar. Tal vez por eso sea “El bar” y no “Un bar” Está claro…desde que Sergi, trajeado de forma impecable, te recibe y te acomoda en la mesa, percibes que se trata de un bar especial.
 
 
Aquí no hay máquinas tragaperras, ni parroquianos debatiendo sobre el partido de ayer. Por contra, te topas de bruces con un imponente carro de quesos afinados, nada habitual. Otro rasgo que marca la diferencia, es la tremenda carta de vinos, plagada de referencias de varias zonas de España (tienen Vega Sicilia Único del 95!!) y Francia, Italia, California…Una pasada!
 
El espacio es luminoso y no demasiado grande, aunque la distancia entre mesas es razonable. Cómodos bancos acolchados flanquean las mesas situadas junto a la pared (me encanta sentarme en ellos) De fondo suena jazz “suavito”. El sol entra por las amplias cristaleras…mmm…el conjunto propicia una atmosfera tranquila y sosegada. El sitio es acogedor.
 
Sobre la mesa desnuda, servilletas de tela, “casi ná”. Para el vino, copas Schott Zwiesel y cuchillos Opinel para la carne. Buenos detallitos.
Para empezar, nos ofrece unas aceitunas y un interesante snack de wasabi, apto solo para valientes. Ambos de excelente calidad, cortesía de la casa.
 
Nos trae las cartas y nos da la mala noticia: No tienen guisante lágrima de Llavaneres. Teníamos ganas de probarlos, por lo que, empezamos con mal pie. Pasado el trago, nos muestra una trufa negra fresca (de las buenas: tuber melanosporum!!), del tamaño de una pelota de golf: “si se os antoja añadirle a algún plato…” Lamentablemente no hubo ningún plato que nos inspirara hacer tal inversión. Nos tomó nota, mejor dicho, Sergi memorizó nuestra comanda (!!!) y en un periquete empezaron a llegar platillos. Primero llegaron las bravas y la coca del mosén (perfecta). A pesar de la juventud del local, sus bravas ya son famosas en Barcelona porque. El rasgo que las caracteriza es que, además de las habituales salsas, estas patatas llevan zorza (picadillo de chorizo) Correctos tubérculos, como correcta es la fritura, pero, a nuestro juicio, servirlas con piel no les favorece. Personalmente, no nos entusiasman las patatas servidas con piel. Aparte de ese detalle, la tapa es buena y original. La ración es generosa y la venden a buen precio. En el rato que estuvimos comiendo. Vendieron una ración en barra y otro cliente se llevó 3 raciones “take away”
 
Croquetas caseras de pollo y jamón. Son hermosas, caseras, de masa suave y fina…tal vez demasiado fina para nuestro gusto. Correctas, si bien, el jamón no lo encontramos, ni la sal tampoco. Qué lástima! Porque tienen buen fundamento.
 
La ensaladilla rusa. Bien presentada…

 
La tortilla de butifarra del perol, hecha al momento, está jugosita y rica. Si os gusta la tortilla cuajada, decidlo al pedirla o “pringaréis…”
 
La vieira...mmmmm….Excelente!! Buena versión de este binomio, omnipresente en las cartas de todos los bares de tapas de Barcelona: vieira y tocino. El praliné acompaña bien a los elementos principales. La gelatina ácida cumple con la función de desengrasado.
 

Albóndigas con sepia, muy buenas. La salsa, de potente sabor a las entrañas del cefalópodo, está trabajada y se deja querer.
 
El onglet (tirita de entraña), otro plato fuerte. Jugoso, sabroso y todo lo tierno que puede estar este corte de carne.
Con las fuerzas un tanto mermadas, nos enfrentamos al carro de quesos…A pesar del hartazgo, hicimos un esfuerzo y probamos un par de quesos. Los elegidos fueron un Comté y un Reblochon, ambos excelentes.
 
Para acompañar a lo sólido, tomamos unos vermuts, Miró Reserva, y una copa de un vino tinto de la mancha, Protocolo, sencillito (y barato 2.5€), pero muy rico.

El servicio es excepcional. Atento, preciso y amable, pero sin empalagar. Se nota que les gusta lo que hacen y eso marca la diferencia. Charlé brevemente con Sergi de quesos y sin ningún tipo de reparos me desveló donde compra los dos que probamos. Incluso me dio una tarjeta de la tienda, todo un detalle.

Detalles como las servilletas de tela, la calidad de las copas, el cambio de platos y cubiertos varias veces a lo largo de la comida, esos quesos que pedimos y que no tenían precio…hicieron que nos temiésemos una clavada. Conocíamos los precios de los platos, pero sabemos que en ocasiones, cuando pides la cuenta, encuentras sorpresas en forma de sablazo por la bebida y/o conceptos varios, tales como: “servicio”, “entrante” (ese que te ponen sin preguntar)… Pues resulta que no, aquí no hay sorpresas. Los precios de las bebidas también son razonables y al final la cuenta es del todo normal. Alrededor de 28€ por persona, nos parece una relación calidad-precio muy buena. Como guinda, nos brindaron unos chupitos y unas trufas riquísimas. Otro buen detalle.

De “El bar” nos llevamos un buen sabor de boca, no solo por todo lo bueno que allí hemos comido, sino por el trato recibido.

2 comentarios: