Carrer del Rec, 79
933 19 22 22
http://www.tensbarcelona.com/
Horario: De martes a domingo de 13.30 a 15.30 h. y 20.00 – 23.30 h. (viernes y sábados hasta 00.00 h.)
Aceptan reservas
Fecha de la visita: 3 de enero de 2014
Comensales: La Cofradía Gastronómica MI COMPADRE Y YO, al completo
Quiero reivindicar la legitimidad
de la propuesta que ofrece Ten's, en la que, de forma conceptual, un chef mediático (y con varias estrellas Michelin en su pechera) presta su nombre, asesoramiento
y supervisión a un local que ofrece un tipo de cocina más asequible. Salvando las diferencias, algo parecido se viene haciendo hace años en Barcelona en sitios como ROCA MOO (Joan Roca), LASARTE (Martín Berasategui) o
MOMENTS (Carme Ruscalleda), si bien, en estos casos las “sucursales” son
restaurantes de 1 y 2 estrellas Michelin, y de asequibles no tienen nada. Por contra, la
relación de estos locales con la figura de un gran chef, hace inevitable la
comparativa y en muchos casos conduce a la decepción.
Lo de Ten’s es diferente. La
propuesta gastronómica de este local de tapas difiere mucho de lo que Jordi
Cruz pueda desarrollar en ÀBAC (y el precio también) Este formato ofrece
preparaciones de nivel, respaldadas en algunos casos por técnicas de vanguardia,
pero bajándolas a la tierra para ofrecérselas a la clientela a un precio
asequible. De esta forma, al tratarse de propuestas diferentes, no podemos
comparar con el original, se trata de cosas distintas.
Veo las críticas de Ten’s en Tripadvisor y compruebo con cierto
estupor que son muchos los incautos que van allí a comer convencidos de que lo van
a hacer de la mano del “Masterchef” de turno. Sinceramente, no sé si les
interesa más probar la cocina de Jordi Cruz o hacerse una foto con él.
Tras nuestra visita, solo puedo decir que Ten’s, estuvo a la altura de
nuestras expectativas. Sabíamos a lo que íbamos y no nos defraudó. La experiencia fue positiva.
Si queréis ir, adelante, pero no esperéis duros a cuatro pesetas. Se trata de un local de tapas, con servicio y ambiente desenfadado, en el que una comida completa con vino puede rondar los 28-32€ por persona. Si buscáis la cocina que hace Jordi Cruz, rascaros el bolsillo y reservad en Àbac. Eso es otra historia.
Si queréis ir, adelante, pero no esperéis duros a cuatro pesetas. Se trata de un local de tapas, con servicio y ambiente desenfadado, en el que una comida completa con vino puede rondar los 28-32€ por persona. Si buscáis la cocina que hace Jordi Cruz, rascaros el bolsillo y reservad en Àbac. Eso es otra historia.
Dicho esto, ¡Vamos al meollo!
El local es “modernete”, fresco, luminoso. El blanco es el
protagonista, si bien las luces juegan un papel importante, confiriendo un aire
cálido al ambiente. El mobiliario es muy cómodo, especialmente las sillas.
Éramos siete personas y nos
ubicaron en una mesa del saloncito privado (para 20 personas aprox.), donde compartimos espacio
con otra mesa familiar. Allí estuvimos francamente bien.
El servicio fue atento en todo
momento. Pedimos consejo sobre algunos platos y las indicaciones fueron
acertadas.
En Ten’s disfrutamos de platillos
excelentes, otros buenos y algunos solo normales, pero el balance fue positivo.
Cubiertos y vajilla bien, cristalería
superbién. Estupendas copas modelo Pure de Schott Zwiesel. Mantelitos
individuales y servilletas de tela de un solo uso, interesante detalle (por si
os interesa, en esta web podéis ver un ejemplo http://www.ecoologic.com/mydrap-servilletas)
Tras los vermutillos y cervezas
iniciales, seguimos regando los gaznates con un Ribeiro muy “apañao” Viña Do Avó.
Su precio, razonable, con una relación respecto al coste en tienda de ½ aproximadamente.
En cuanto a las tapas, empezamos
por las bravas. Las presentan de forma original, pero aparte de eso y de la
especial textura espumosa del alioli, nos dejaron un tanto indiferentes.
Luego seguimos con el “Foie-gras
con higos, migas dulces y saladas con helado de pimienta sechwan” Toma ya!! Este
fue uno de los mejores bocados de la noche. El uso de texturizantes empleados
habitualmente en alta cocina, la calidad de la presentación y la armonía entre
sabores y texturas, hacen que este plato esté un escalón por encima de los
demás.
Las Tostas de anchoas del
cantábrico, buenísimas. Buenos filetes de anchoa, sobre unas “crujientitas” y
finas coquitas. Entre la coca y la anchoa una pizca, casi imperceptible, de
cabello de ángel, que le da un toque dulce al conjunto.
Yakisoba con panceta ibérica,
setas, langostinos y romero. Presentados de forma simpática y original, pero un poco simploncetes, faltos
de “punch”
Calamares con alioli de
citronela. Grandes aros de clamar enharinados y fritos. El alioli de citronela,
era en realidad alioli con ralladura de limón. Un detallito feo.
El cono de pescadito frito, nada
especial. Otro guiño poco acertado a la fritura andaluza.
Huevo a baja temperatura con
jamón y sobrasada ibérica, parmentier de patata, gouda viejo y rucula.
Demasiado nombre para un excelente platillo. Tanto nos gustó que repetimos. Muy
bueno.
Otro de huevo: Huevo casi estrellado con ibéricos. Bien, aunque lejos del anterior.
(Esa manita!!!!)
Otro plato estupendo fue el Arroz
venere con gorgonzola, cigala asada, nueces y rúcula. Nos sorprendió gratamente
este arroz ligeramente cremoso, tirando a sequito, en el que todos los
ingredientes armonizaban de maravilla, nada sobresalía. Muy bueno.
La Barbacoa de alitas de pollo y
colitas de langostino al ajillo, fue otro de nuestros platos preferidos, de
hecho repetimos. Alitas de pollo deshuesadas, solamente abiertas por las puntas
(!!!) Glaseadas en salsa Teriyaki, con el langostino encima y dispuestas sobre
una bonita barbacoa, donde un trocito de carbón se encargaba de darles aroma a
humo “in situ”
La Miniburguer de butifarra Thai, no nos pareció nada especial.
Acabamos la festín con la Lágrima y rabito ibérico a
la brasa con parmentier de garbanzos a la vainilla. Con este plato tuvimos la sensación de
estar viviendo un deja vu. Misma
barbacoa, mismo humo, mismo glaseado de Teriyaki,…se parecía mucho a la
barbacoa de alitas. La carne estuvo bien, pero no entendimos el puré de
garbanzos
No hemos dicho nada de los postres
porque no los probamos. El final dulce lo teníamos reservados para BUBÓ, donde
recalamos después de la cena. Después de nuestro paso casi tuvieron que bajar
la persiana por fin de existencias. Pero eso es harina de otro costal…
La cena en Ten’s fue como una montaña rusa, de la que, a pesar de las subidas y bajadas, salimos con buen sabor de boca y con ganas de subirnos otra vez.
Excelente explicación para un sitio al que apetece ir y pedir según qué platos... creo que coincidimos en los gustos y me sobran las patatas, la hamburguesa, los fideos terillaqui, los calamares y el pescadito... pero los otros... ¡vaya pinta!
ResponderEliminarGracias Carlamen. me alegro de que te haya gustado la crónica y el sitio. Ten's es un sitio interesante y merece la pena hacerle una visita. Si esquivas los platos más flojitos (esos que tu mismo has citado) el éxito está asegurado.
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