Carrer de la Unió,17
932 703 458
http://barcanete.com/
Horario: De lunes a sábado, de 13 a 24 h.
Aceptan reservas (limitadas)
Fecha de la visita: 15 de marzo de 2014
Comensales: Los 3 de siempre
Cuando decidimos visitar un nuevo
local, siento una tremenda ilusión por el inminente descubrimiento,
especialmente cuando, como es el caso, se trata de un clásico de la ciudad condal. Pero por otro lado, no puedo evitar sentir cierto miedo ante una posible decepción. En locales del nivel del CAÑETE, sabes que la broma va a subir por encima de lo
habitual y en consecuencia, esperas es que la experiencia esté a la altura de las expectativas. En este caso ¡Vive Dios! Que lo estuvo. Os garantizo que todos y cada uno de
los “dineros” invertidos en el CAÑETE merecieron la pena.
Tiene fama de ser caro…Para mi
decir que un sitio es “caro” o “barato” me parece simplificar demasiado, no me
gusta utilizar esos conceptos a la ligera. Además se trata de algo muy
subjetivo. El coste de una comida completa en el CAÑETE está por encima de la
media, pero su calidad también lo está. Por poner un ejemplo, allí nos comimos
unos berberechos frescos del tamaño de pelotas de ping-pong, nunca había visto
nada parecido. Eso hay que pagarlo.
En el CAÑETE, a diferencia de
otros sitios, no engañan a nadie. Aquí no hay pizarras malintencionadas, ni
sugerencias del día cantadas de forma sibilina, omitiendo el precio, con la firme
intención de pegarte “la gran clavada” La carta indica el precio de todo lo que
puedes pedir, e incluso puedes consultarla en su página web (aunque no está
actualizada y tanto el contenido como los precios difieren ligeramente de la
carta actual)
Dado nuestro grado de
satisfacción, hablar de lo que costó la broma del CAÑETE me parece una falta de
respeto. Además, tan diversa es su carta que, dependiendo “del palo que vayas” el
montante de la operación puede variar mucho. Puedes comer por 30 o 35 euros por
cabeza, pero también lo puedes hacer por 150 o 200. Depende de tu apetito, de
tus gustos, del vino que pidas...
Si disfrutáis degustando tapas y
platillos de calidad, el BAR CAÑETE es vuestro sitio. Magnífico exponente de lo
que es un buen tapeo de mercado, de producto, selecto, variado y de calidad.
Tapeo con mayúsculas. Imprescindible para todo aquel que pueda permitírselo, y
para el que no, creedme cuando os digo que no encuentro mejor motivo para asestarle
un buen golpe de martillo al cerdito.
Bueno, ¡Al Turrón!
Bajando por Las Ramblas, girando
a la derecha nada más pasar el Liceo, aproximadamente a 100 metros encontramos
El CAÑETE. Ofrece dos opciones, CAÑETE DE BARRA (el original) y CAÑETE DE
MANTEL. Se trata de dos locales independientes, el primero, el BAR CAÑETE
(cartel azul), es el que nos ocupa hoy y no necesita más presentación, el segundo (cartel rojo) es un restaurante al
uso.
Nada más entrar, encuentras una
vitrina-mostrador con quesos y postres. A continuación, las dos únicas mesas de
4 comensales que tienen. Si queréis comer en una de ellas, debéis espabilar
para reservarlas y ser como mínimo 3 personas. Al fondo del local hay otra mesa
alta con capacidad para 14 personas, en la que también se puede reservar, pero
tendréis que compartirla.
El CAÑETE es una barra, es más,
me atrevería a decir que es “LA BARRA” Con capacidad para unas 20 personas sentadas
en cómodos, aunque “viejunos”, taburetes. Una barrita unida a la pared paralela
a la barra permite a una segunda fila de comensales apoyar plato y copa, eso sí,
deberán disfrutar del ágape de pie.
En la pared del fondo destacan un
amplio ventanal que provee de luz natural al espacio y un gran espejo que da
profundidad a la sala, permitiendo ver los tejemanejes de la cocina, desde
cualquier punto del local.
Decorado con detalles clásicos, otros algo horteras,
un clásico cartel de Moritz, cosas raras, plantas colgadas y alguna que otra antigualla.
Todo ello le da al local un toque añejo, tirando a rancio. No es retro, ni vintage, es cutre, correcto, pero cutre.
Lo hortera y lo rancio se te
olvida de golpe cuando le hechas un vistazo a la carta, a la materia prima que exhiben
las vitrinas o a la magnífica cocina que gasta el local, situada al fondo de la
barra y totalmente integrada en el espacio. 6 Personas cocinan y otras tantas
lo sirven, para que las cosas fluyan a toda máquina. En la vitrina destacan
unos berberechos frescos descomunales. Me quedo con su cara…
Tras las presentaciones iniciales, nos sentamos en la barra y
empieza la fiesta. La carta es de vértigo. Ofrece una gran variedad de
preparaciones, a cual más apetecible. Súper productos, buenas frituras, tapas
clásicas, platillos tradicionales reinventados…Ojo, contrólate o corres el
riesgo de perder la cabeza.
Para acompañar el festín, un poco
de coca de “mossén” con tomate: perfecta.
Empezamos con una tortillita de
camarones que está de lujo, como para comerse un capazo. Luego las croquetas de
jamón. Con mucha diferencia, estas son las mejores que hemos comido hasta el momento. Sublimes.
Pido perdón si alguna vez he dicho que otra croqueta de jamón era buena…
Bombón de panceta y erizo de mar,
¡menuda pareja! Pequeño, pero excelente bocado.
Seguimos con un flamenquín, rico,
pero un pelín quemado. Le sobró genio al aceite durante la fritura…
Pan chino con papada ibérica.
Versión CAÑETE del “Pork Buns” ese antológico bocadillito de origen chino, que
popularizó David Chan desde su templo en la gran manzana,
MOMOFUKU. Se trata de un bollito de pan cocido al vapor, relleno de papada
ibérica a la plancha y un poco de cebolla cruda. Se presenta de forma original
dentro de un envoltorio de papel. Os recomiendo que utilicéis el envoltorio
para cogerlo o la grasa de la papada se pegará a vuestros dedos por siempre
jamás. No se como estará el de MOMOFUKU, pero este está de lujo.
Ahora las zamburiñas Cañete, bien
planchaditas y con jamón ibérico por encima…Mmmmmm…MAGNÍFICAS. La presentación,
como podéis comprobar, es excelente.
El calamar relleno de butifarra
del perol es un escándalo. En el relleno, aparte de una excelente butifarra,
encontramos algunos “cama grocs” (en castellano, rebozuelos atrompetados) unas humildes
setitas a las que les tengo un cariño especial.
El canelón de pularda, solo es uno,
pero de tamaño XXL. Correcto relleno y buena salsita, son para comerlos con
cuchara (como los del Bohémic) para
disfrutar de la mezcla de todos los elementos. La pasta de la oblea resulta un
pelín tiesa, a pesar de ello, el conjunto es bueno.
La pasarela de platillos había llegado a su fin, pero yo no
podía quitarme de la cabeza esos tremendos berberechos a los que les eché el ojo nada más entrar. Deben pescarlos en la isla de King Kong porque son descomunales. Frescos a más no
poder. Sumergidos en agua hirviendo solo unos segundos, lo justo para que se abran
y servidos en un “perolito”, con un poquito de jamón por encima, como las
zamburiñas. Un bocado excelente.
Debo decir que tuve el antojo de
berberechos antes de que nos sirvieran el canelón. Cuando los pedimos, el
camarero, por iniciativa propia miró nuestra comanda, comprobó lo que llevábamos
comido y lo que nos faltaba. Entonces nos avisó de que el canelón era grande y
nos propuso esperar a acabar con él para pedir los berberechos, si aún seguíamos
con hambre. Un detallazo que agradecimos y que demuestra la profesionalidad del
personal. Lo entiendo, se piensan que somos dos, que la niña no come…JAJAJAJJA…Obviamente, le dijimos: “Gracias por el consejo,
pero dale marcha a los berberechos!!!”
Nosotros estuvimos allí un sábado
a las 13:00 Hs. Si no tenéis reserva, podéis ir a esa hora y no tendréis problemas
de espacio, los platos llegan rápido y hay de todo. Comes tranquilo, pero te
pierdes el ambiente que pudimos observar más tarde, cuando nos íbamos. Ambas
opciones tienen su encanto.
El CAÑETE es un escándalo.
Absolutamente imprescindible.
Este es otro que perdurará en los primeros puestos del Ranking de "Barcelona de Tapas", no me cabe la menor duda.
Que sean las 3 de la tarde, recién comidita, ver estas fotos y que se te vuelva a encoger el estómago... Normal con la pinta que tiene todo... Este me lo apunto! Al bar Cañete iré, me has convencido! Lo mejor de hecho es que seguramente si no hubiera leido este blog no se me hubiera ocurrido nunca entrar a este bar. Lo dicho, apuntado queda!
ResponderEliminarJAJAJAJ ME alegro de que te haya gustado Marta!! Pues imaginate lo que sufro yo, que solo pienso en esto...Ahora comparto mi sufrimiento con los que leeis el blog.
EliminarSeguro que te gustará. No es un sitio asequible, pero merece la pena hacer un esfuerzo y darse un homenaje, aunque sea de vez en cuando...